Crazy Blue Dream

Welcome to my world


Una vez me preguntaron qué era el futuro.
Me lo preguntaron y no supe que responder. No sé si hablaban de mi futuro, o de un futuro genérico.
Pero recuerdo que aquella noche me lo cuestioné por primera vez; ¿qué iba a hacer en mi futuro?
Ya había pasado la etapa de creer que me transformaría en una princesa, y viviría por siempre muy feliz en mi castillo.
Sin embargo, aún desconocía si aquello era bueno o malo.
Por lo menos, antes tenía una visión de mi futuro, ahora tan sólo estaba perdida.
Nunca completé la respuesta hasta que te conocí. Aquella noche tuve la sensación de que tú formarías parte de mi futuro, de que serías alguien importante- me equivocaba, como el tiempo terminó demostrando- pero lo importante era que había conseguido una definición a aquella enigmática palabra.
Futuro era luchar, desear una cosa y lanzarse a conseguirla.
El futuro no vendría a mi, sino que yo iría a él modelándolo a mi gusto.
Tus palabras parecía un futuro, uno que además me entusiasmaba, y tenía todo lo que necesitaba, un faro que seguir y una ilusión palpitante.

Futuro es luchar por tus ideales, pero sobre todo, futuro es estrellarse cien veces, y levantarse ciento una.



Con cada vuelta mi corazón se aceleraba más.
Con cada paso la fatiga se apoderaba más de mí.
Quería frenar, pero era demasiado tarde. Mis ojos se cerraban, mis pulmones se contraían...
Caí al suelo rozando el césped.

Alguien se acercó a mí.
No estaba desmayada, no estaba inconsciente, estaba perdiendo la vida... intentando salvar la tuya.


Quiero que todo vuelva a empezar.
Que empiece la vida de nuevo. Que empiece la luz, que empiece la mañana.
Quiero que todo sea un comienzo, que nada tenga final.
Quiero que todo sea único, que no se repita jamás.
Quiero navegar eternamente, quiero vagar a la deriba de mis pensamientos, flotar en mi propio mundo.
No quiero paz, ni quiero guerra, tan sólo quiero infinito.
No quiero luz, ni quiero sombra, tan sólo quiero estar yo.
No quiero nada, salvo mi espírito, no quiero nada, salvo el azul...


Tenía la tarta delante, las velas encencidas, y la vista de todos los presente clavada encima.
Todo asemejaba igual que los anteriores cumpleaños, pero sólo aparentemente, sólo se parecía a ellos.
A pesar de las sonrisas, las miradas de emoción...ect, la verdad la gente parecía muy feliz, mucho más de lo que yo estaba, faltaba una sonrisa más, una cámara que no paraba de hacer fotos, y unos cuantos chistes que repetías siempre.
Faltabas tú.
Este año no estás tú, y yo la verdad no tenía claro si soplar las velas, o permitir que se consumieran por completo esperando esa aparición que nunca se haría real más allá de mi mente.
No sabes el vacío que produces.
Puede que nadie lo note, pero yo sí, y eso me impide sacar una sonrisa o una mirada de verdadera felicidad.
Tampoco es preciso, todos están demasiado entusiasmados como para notarlo, quieren vivir una gran fiesta, porque según ellos me lo merezco, según ellos soy genial.
Mi mente que no está allí con ellos, sólo se pregunta dónde estás, sólo quiere estar contigo, celebrar esta fecha junto a ti, una vez más.
Me pregunto que si soy tan genial como dicen tus amigos, porque para tí ni siquiera soy suficiente.

Ella se da cuenta, por algo es mi mejor amiga, me conoce demasiado bien. Se acerca a mi y susurra.

-¿Va a dejar que te amarge la fiesta?
-Es demasiado tarde- murmuro yo.

Soplé las velas.
No hay deseo que pedir. Se han agotado. He pedido tantos y ninguno se ha cumplido que lanzar uno más sería estúpido.


He intentado olvidarte.
Sí, y digo intentado porque no ha tenido éxito a pesar de mis esfuerzos.
He procurado borrar todos nuestros pequeños momentos juntos, tus sonrisas torcidas, tus palabras cortadas...
Pero tal vez, a fin de cuentas tenga razon Michel de Montaigne, y sea cierto que nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa, como el deseo de olvidarla.
Deseé esfumarte de mi mundo y solo conseguí tenerte más presente, deseé odiarte, y sólo conseguí amarte más que nunca...
Porque sí, quería olvidarte, y al intentar olvidarte pensaba aún más en ti.


A veces aguardo a oír tu voz,
aunque sea casi inaudible,
y no vaya dirigida a mi.

A veces aguardo a encontrarme con tu mirada,
aunque tan sólo sea un minuto,
y apenas logre bucear por ella.

A veces aguardo a cruzarnos,
y aunque sólo sea por un instante,
estar los dos en el mismo camino.


Lanza una moneda al aire y tendrás tu resultado.
Debes lanzarla a menos que consideres una mejor opción destruírte buscando una respuesta que no se halla en tu interior.
El azar te ayudará, porque aunque parezca increíble es manejado por el destino, y este sea tal vez, el único que tenga respuesta a tu cuestión.
No permitas que te devore el tiempo, o que te reseque la duda, tú únicamente, lanza una moneda al aire...

Y si esta cae de canto, ni sí ni no, ni bueno ni malo, piensa que no todo es blanco y negro, que también hay un gris.
Tu respuesta es neutra, y aún así es una contestacion. Sólo encuéntrale el sentido, ya que nada carece de él.

Porque la vida, no está tintada a dos colores, está teñida a miles e infinitas gamas.


Chocamos.
Como chocan un barco y un iceberg antes de hundirse,
Como chocan dos piedras antes de hacer fuego,
Como chocan dos conductores antes de respirar su último aliento,
Como chocan dos manos antes de cantar victoria,
Como chocan dos espadas antes de retarse,
Como chocan la ciencia y la religión antes de contrariarse,
Como el blanco y el negro, tú y yo, chocamos.

Y aún así, ese choque nos completo más, nos dió vida en lugar de quitárnosla, nos hizo comprender que a pesar de ser opuestos, nos necesitábamos, que nuestra vida sin el otro, no tenía sentido.


Ella no era el prototipo típico de mujer.
Jamás se había subido a unos tacones, porque a pesar de no ser muy alta, no tenía pensado hacer pasar a sus pies semejante calvario, solo por querer ir más guapa.
Tampoco tenía las típicas aficiones asociadas a una fémina.
Si bien le gustaba leer y dibujar, detestaba la costura, la cocina, las películas románticas y bailar.
Adoraba pasarse las tardes jugando a fútbol o haciendo algo de deporte.
Le gustaba la soledad, asomarse a la ventana de su piso, y contemplar la maravillosa ciudad que se extendía ante sus ojos.
Era una persona con los pies sobre la tierra y las ideas claras, jamás se permitía fantasear y tenía decidido como quería que fuesen todos los aspectos de su vida.
Puede que fuera un individuo extaño, pero ahí estaba todo su encanto.
Ella llamaba la atención porque era fuera de lo común, porque rompía moldes.
Quizás no fuese consciente pero levantaba curiosidad en todos los que tenía a su alrededor, en unos para bien y en otros para mal.
Sin embargo, escuchaba las opiniones de todos, pero no dejaba que ninguna le hiciese cambiar lo más mínimo.
Solía proponerse retos, y solía cumplirlos todos.
Le gustaban las dificultades, todo lo fácil era prácticamente detestable para ella. Era muy fuerte.

Creo que por eso la amaba, y creo que por eso, ella nunca me amó a mi.




Lo escribió un amigo sobre mi,
no ha quedado muy bien porque he tenido que traducir del inglés.
No es del todo cierto, lo exagera todo bastante.


Me estabas envenenando, y lo peor de todo es que yo era consciente de ello.
Me estabas envenenando y lo mas grave era que yo lo permitía.
Pero es que tu veneno era tan suave, tan dulce, que sabía que estaba perdiendo el hilo de la vida, mas deseaba morir en el fondo de tus azules ojos profundos.
Y tu veneno era tan sutil que me drogaba, me hacia desear más, creía que lo soportaría, me ilusionaba pensando que todo seria así eternamente.
Mas tu veneno era tan mortífero que reventó mi corazón en menos de seis meses.
Y en aquel momento, la guia azul de tus pupilas, se apagó para mi eternamente.


Si una ventana fuese una salida del mundo.
Una por la que pudieras gritar al vacío para destruír todo lo negativo.
Una ventana para desahogarse, y a la vez reforzarse de valentía.
Una ventana por la que desaparecer y reaparecer.
Esa ventana existe, y no es mágica.
Si la cuidamos podremos mantenerla eternamente, si la oxidamos la perderemos para siempre.

Yo tengo esa ventana.
Y yo soy ventana de esa ventana.

Te quiero, Mejor Amiga !!


Soñaba con fundirnos en una ola,
una ola de espuma blanca,
y olor a sal.

Soñaba con conocer todos
los puertos del mundo,
con besar todas las
orillas del planeta.

Soñaba con que tú y yo
fuésemos uno,
y nada ni nadie
nos pudiese separar jamás.

Soñaba con el corazón,
y con todas mis ilusiones,
hasta que un día
tú segaste todo
de una sola estacada.


¿Ves esa estrella que parece no cesar de brillar nunca?
Si observas el cielo todas la noches, lo comprenderás.
Ella siempre está ahí, da igual que llueva o truena o que no se asome ninguna otra.
No te has parado a penar que tiene que tener algo de especial. Algo que las demás no poseen, algo único...
Ese diminuto punto de luz que siempte está de referente en tu vida, es tu estrella. Y al igual que tú, ella es única.
Es una pena que a veces no le prestes atención, que no trates de escucharla desde el fondo de tu corazón.
Es una pena que no comprendas que ella forma parte de ti, que te protege desde lo alto del cielo, desde el lejano e infinito universo.
Es una pena porque algún día volveréis a juntaros y ya no os separaréis jamás. Algún día comprenderás tu verdadera naturaleza, no tengas prisa...