Si pudiera entenderte, si pudiera comprender...
Pero es que actúas de una forma complicada, brujuleas cual veleta, y navegas sin rumbo.
Giras el timón, una y mil veces, cambias de vela cada día, sigues una estela perdida.
¿Cuál es el tesoro que buscas? ¿Cuál es la ruta que estás siguiendo?
Pareces seguro. Eres seguro.
Firme en tus planteamientos, inmóvil en tus ideas. Pero te equivocas, porque sí, aunque no lo creas, no eres perfecto.
La perfección no existe, R., la prefección no tiene cabida en un mundo imperfecto, así que, olvídate de ella.
Sabes que te quiero, y sabes que siempre lo haré, que aunque atravieses ese océano con tu barco, estaré cerca tuya, que aunque intentes evitarme siempre estaré en tu corazón.
Ya sé que soy la pequeña, la que tiene que crecer.
Tal vez, ya lo haya hecho, y ahora eres tú quien debe de dar el estirón.
Así que, decide, R., decide.
O me recoges en el próximo puerto, o no vuelvas a gritar mi nombre nunca más.
Publicado por
Deep Blue
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