Crazy Blue Dream

Welcome to my world


Jugábamos a jugar. Tú solías manejar la situación, te gustaba decidir cada movimiento, cada jugada. Yo simulaba dejarme llevar por tu corriente, dejar que me balancearas como las olas. Me gustaba oír el sonido de tu voz, cual brisa marina, fresca y firme, pero ambos lo sabíamos, estábamos jugando a un juego. A uno de niños, en el que intentas transformar la realidad, para no tener que enfrentarte a ella, para no toparte de frente con la vida y que esta no te hiriese en lo más profundo del corazón. En nuestro juego, no había princesas ni dragones, ni nadie que salvase al mundo, estábamos tu yo, convertidos en fichas de ajedrez, esperando el movimiento oportuno para darnos el jaque mate, más la ocasión parecia no llegar nunca. Otros días preferiamos ser manejados por el azar, dejar que las cosas fluyesen, solo para intentar convencernos de que no decidíamos nosotros, de que era el destino el culpable de todo aquello... Sin embargo, solíamos jugar, y jugando y jugando, nos dejamos atrapar en nuestro juego. Sabes, creo que jamás podré salir, creo que permaneceras ahí eternamente, y que sin embargo, tu jamás me revelarás tus cartas. Continuaremos jugando, hasta que se consuma toda la imaginación del mundo, o hasta que alguno de los dos consiga el coraje para decirle basta a esta droga. Porque nuestro amor es un juego, y el día que deje de serlo... dejará de ser nuestro amor.

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